Un estudio histórico sistemático al concepto de alma en el periodo patrístico

En la mente de las personas existentes en los primeros siglos de la actual era había una preocupación por la salvación del hombre. En el afán por buscar respuestas se logra encontrar variedad de opciones y tendencias teológicas. Siendo, entre ellos, el cristianismo destacado, pero no era el único; también estaba el judaísmo, el neoplatonismo, el helenismo y los diferentes exponentes gnósticos. Cada una de estas cosmovisiones intentan dar una solución a la condición caída del hombre; presentando una soteriología en sus diversas formas. En la búsqueda de una doctrina de la salvación, entregan distintas nociones de la antropología. Hablando de la composición del ser, la iglesia cristiana desde sus inicios intento frenar posturas gnósticas y neoplatónicas, a las cuales consideraba como heréticas. En su intento de defender la unidad de doctrina bíblica, padres apologetas comienzan a desarrollar tratados en contra de herejes que estaban confundiendo y engañando a los cristianos. En estas publicaciones los padres apologetas hacen bastante mención con respecto al alma y estado de los muertos, que es el tema en cuestión de esta investigación. Muchos autores cristianos en la actualidad aseguran que los padres de la iglesia introdujeron la doctrina de la inmortalidad del alma a la teología cristiana. En el estudio, se analizaron a siete apologetas un tanto contemporáneos, todos ellos, al siglo dos y tres d.C. Estos se clasifican en dos líneas: los que creían que la inmortalidad 37 del alma está sujeta a condicionalidad, y los que adoptan una postura naturalista (aseguran que el alma es por naturaleza inmortal).